Un aspecto básico para cualquier negocio es conocer si es viable económicamente. Se pueden tener ideas muy buenas pero hay que saber cómo adaptarlas para que finalmente tu lavandería autoservicio sea rentable. Por tanto, vamos a ver en qué aspectos hay que hacer hincapié en un estudio de viabilidad.
Para poder realizar esta estimación se necesitan datos e información de distintos ámbitos. Hay que tener en cuenta, además de los costes, los ingresos estimados en función de los precios que se establecerán del ciclo de lavado y de otros servicios, la capacidad de carga de la maquinaria o el volumen de potenciales clientes que acudirán al negocio.
Vamos a verlo de forma más detallada:
Como todos los negocios y proyectos, para comenzar a desarrollar tu lavandería autoservicio tendrás que realizar una inversión inicial. Dentro de esta primera inversión se incluyen numerosos aspectos:
Será un gasto importante y clave que puede suponer tu mayor desembolso durante esta etapa. Además, a la hora de elegir tendrás que fijarte en características como el consumo (tanto de agua como eléctrico), la capacidad de carga, los programas disponibles o su tamaño. Estas y otras variables te llevarán a una inversión que puede variar entre 20 y 40 mil euros tomando una referencia media de unos 5.000€ por máquina.
El lugar donde tus clientes van a pagar por los servicios de lavar y secar la ropa. (no será algo obligatorio, pero sí muy útil) La central de pago es una máquina que puede controlar numerosos aparatos (lavadoras / secadoras) a la cual tu consumidor se dirigirá para pagar por el servicio seleccionado y poder disfrutarlo. Hay varios tipos de centrales de pago, pudiendo controlar un número diferente de equipos y permitiendo el pago en efectivo (monedas y billetes) y mediante tarjeta.
Así como en la instalación de los diferentes equipos y disposición de los elementos de decoración, rotulación y mobiliario en general. Todo esto implicará un coste de reforma, compra de mobiliario, instalación de los diferentes equipos, de tomas de corriente, agua… En definitiva, todo lo relativo a acondicionar el espacio para la apertura y el coste del cual dependerá de las necesidades del local.
Necesarios no sólo para la apertura del negocio sino también para su preparación desde el inicio. En primer lugar hay que solicitar las correspondientes licencias (licencia municipal de obras) y poner en marcha los proyectos necesarios para poder obtener dicha licencia y no cometer irregularidades, por ejemplo, la instalación eléctrica, de gas (si fuera necesaria), las obras o reformas si se requirieran y el proyecto de actividad donde describir la actividad que se desarrollará, la ubicación, las instalaciones o la superficie entre otras. Este gasto, aunque menor que otros, no debe ser obviado puesto que puede ascender a 2.000€ o más.
Los costes variables serán aquellos que pueden oscilar cada mes en función del uso y funcionamiento de la lavandería y los equipos.
La unidad de medida empleada es el coste ciclo, es decir, el coste por lavado y secado. Dentro de este coste se incluyen la electricidad consumida, el agua empleada, el gas (si tuvieras máquinas que emplean este combustible) y el detergente, suavizante utilizado.
En este caso, aquella maquinaria que tenga un menor consumo repercutirá en un coste de ciclo menor y, por tanto, disminuirá los costes variables mensuales.
El caso de los costes fijos es diferente, puesto que no dependen del número de clientes del mes o la cantidad de ciclos que se han producido. Estos costes serán siempre los mismos y suelen ser elevados.
Hay que tenerlos muy en cuenta porque siempre estarán presentes y tendrás que cubrirlos. Entre este tipo de costes encontramos mucha variedad. Desde el alquiler o la cuota de hipoteca del local, el servicio de limpieza (si se contrata de forma externa y continua) o el personal (en el caso de contar con empleados) hasta la cuota de autónomo, el seguro o seguros contratados o los servicios de asesoría si cuentas con ellos.
Otros costes fijos que no hay que obviar son las cuotas de wifi y teléfono (si se dispone de ellos), el consumo fijo de electricidad (excluyendo la consumida por los equipos), o la publicidad y marketing si se contrata una tarifa continua y periódica. Así como el mantenimiento de la maquinaria y los extintores, los gastos de comunidad o los dedicados a cámaras y/o alarmas de seguridad si contratas este tipo de servicio.
La estimación de estos costes depende en gran medida de cada lavandería autoservicio concreta y serán un factor decisivo en la viabilidad de la misma. En Girbau, evaluamos estos costes como parte del estudio de viabilidad completo que realizamos y llevamos realizando muchos años a nuestros clientes para aportar la máxima experiencia y profesionalidad dada la importancia del proceso.
Los ingresos se evaluarán a través del nivel de actividad prevista: estimación de facturación en función del volumen de clientes, precio del ciclo y otros servicios ofrecidos.
Este análisis de viabilidad es un paso que se debe llevar a cabo de forma obligatoria, y dejar lo mínimo posible al azar para establecer unos objetivos realistas y necesarios para alcanzar la rentabilidad y obtener beneficios, así como para establecer el tiempo que se tardará en recuperar la inversión.
Conocer la previsión para esta amortización de la inversión es básico para poder establecer unos tiempos y saber de manera aproximada cuándo empezarás a obtener beneficios de tu negocio. Para realizar este proceso se pueden tomar la inversión total inicial, los gastos de explotación anuales (costes variables anuales + los costes fijos anuales) y los ingresos anuales previstos y a partir de estos datos calcular el tiempo que tardarás en recuperar la inversión.
Hemos visto cómo definir los costes e ingresos de forma aplicada a una lavandería autoservicio, pero de forma paralela hay que tener en cuenta una serie de puntos fundamentales como los que vamos a tratar a continuación.
Este concepto puede ser muy amplio así que vamos a acotarlo en base a lo más interesante. Cuando hablamos de la situación, nos referimos a una evaluación del sector en cuanto a servicios ofrecidos, precios establecidos, maquinaria empleada o tamaño de los locales y observar qué modelos de negocio funcionan mejor.
Este análisis se hace con el objetivo de conocer mejor el entorno en el que te vas a mover con tu lavandería autoservicio y sirve tanto para elaborar un plan de negocio y el plan de marketing como para el estudio de viabilidad.
Los puntos o variables en las que más habrá que fijarse son:
Conocer a qué público te quieres dirigir para saber qué es lo que busca y valorar así como establecer el volumen potencial de clientes que puede tener tu lavandería autoservicio.
Como no podía ser de otra manera, el precio es clave para la viabilidad de un negocio. No solo será lo que establecerá el valor económico de tus servicios sino también un elemento de comunicación que servirá para diferenciarte de la competencia y atraer a un grupo de consumidores determinado. Hay que implantar los precios con mucho tiento porque además de lo comentado, será un punto crítico en la búsqueda de la rentabilidad. Instaurar un precio que no te permita recuperar la inversión y los costes implicará una pérdida de dinero inviable para el negocio que incluso podría suponer la quiebra.
Conocer cómo funciona el sector y cómo trabaja tu competencia es imprescindible para no cometer errores, averiguar lo que está funcionando bien e incluso, fomentar la creatividad para ofrecer servicios que superen a tu competencia. Este apartado influye en el estudio de viabilidad debido a que la zona donde esté ubicada tu lavandería autoservicio influirá en sus posibilidades de ser rentable por variables como el número de competidores, los servicios que mejor funcionan…
Una de las claves sin duda para establecer la viabilidad de un proyecto. Hay que conocer una estimación del retorno de la inversión realizada, en cuánto tiempo. Este apartado va conectado con la viabilidad de forma indivisible porque si un proyecto no es capaz de retornar la inversión realizada y cubrir los costes generados de forma continua, no será viable su lanzamiento.
Finalmente, tras tener una visión general de cómo funciona y en qué hay que fijarse para realizar un estudio de viabilidad, deberás decidir si realizar o no la inversión y para ello hay una serie de factores que tienen gran peso. Algunos de ellos son los siguientes:
Los costes fijos que se van a tener evidentemente, junto a los variables y la estimación de ingresos serán un factor fundamental.
La ubicación y el local. Aspectos como la zona, los aparcamientos, si el local es planta baja o el tráfico de viandantes y vehículos serán muy importantes para decidir invertir.
Competencia: si en la zona existe otra u otras lavanderías debe ser una de las cosas que primero debes tener en cuenta para conocer si tienes hueco en ese mercado.
Tiempo de la inversión. Si buscas un retorno de la inversión de un tiempo determinado, deberás decidir, en base al retorno de la inversión que refleje el estudio de viabilidad, si los rendimientos de dicho negocio estarán a la altura de tus expectativas.
Importe de la inversión total. La inversión necesaria para conseguir tus objetivos debe ser un indicador en el que fijarse para saber si esa cantidad es o no abordable por tu presupuesto.
En definitiva, un estudio de viabilidad, como has visto, es clave para tomar una decisión a la hora de emprender un negocio de lavandería de autoservicio ya que proporciona la información esencial que permite identificar si el plan de negocio que has diseñado puede tener o no éxito. Desde Girbau llevamos muchos años acompañando a nuestros clientes y realizando sus estudios de viabilidad de la forma más completa y fiable gracias a nuestra amplia experiencia en el sector. No dudes en contactarnos si quieres que te echemos una mano sin compromiso.